Mi afición fue como consecuencia de mi alejamiento de mis obligaciones profesionales en mi negocio, ya que entregué los "poderes" a mis hijos y me refugié en una parcela que tenía en la Urbanización de el Faro. En esa parcela y para eliminar el "mono" del trabajo, es por lo que fui adquiriendo algunos libros de cocina, , y leyendo algunas revistas de gastronomía. en las cuales, aprendía algunas recetas. También participé en algunos cursos de cocina en los que buenos profesionales de la Hostelería, nos iniciaba en estos menesteres Cuando regresaba a casa, por la tarde, me dedicaba a "entrenarme" haciendo de improvisado Chef, cocinando algunas de las recetas que había leído ese día. Mi mujer al principio protestaba por como le dejaba la cocina después de terminar de "trabajar" en ella, pero poco a poco se fue acostumbrando y de vez en cuando, me alagaba con comentarios tan animosos como "esto te ha salido muy sabroso" o "Umm, que bueno está". Yo pasaba de piropos, pero en mi fuero interno, agradecía (sin decirlo) el reconocimiento verbal de mi "contraria".
Luego he tenido un lapsus apartado del diario cocinar, en los cuales he dejado un poco de lado esa afición, ya que estuve nuevamente de lleno en un nuevo negocio en el que pasé ocho años, no precisamente sabáticos, aunque los sábados y domingos, seguía haciendo mis pinitos gastronómicos, con la idea de atraer a casa, mediante el reclamo del paladar, a mis nietos y a mis hijos.
Bueno, creo que al decidirme a contar algunas de mis "secretas aficiones", no me da derecho a quitarles su tiempo indefinidamente, por lo que les emplazo en una próxima "entrada" a seguir leyendo algunas de mis experiencias en mi humilde cocina. Les amenazo con continuar......
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